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En La Prensa, esta entrevista de Jairo Martínez Garay con motivo de la publicación de Anchuria:

¿Cómo fue el proceso de creación de este libro?

R/ Hubo mucha investigación y mucha lectura previa a la escritura. También algo de trabajo de campo para poder recrear en la ficción algunos escenarios reales, sobre todo de lugares de Nueva Orleans, que ha sido una ciudad importante para el desarrollo de esta historia, en la que vivieron, se escondieron o forjaron su reputación la mayoría de los personajes de la novela.

¿Cuánto tiempo le llevó documentar y redactar?

R/ Desde finales de 2018, tras la publicación de mi novela anterior, me planteé unos objetivos que, combinados con algunos datos que tenía a mano, me permitieron esbozar algunas situaciones que más tarde habría de desarrollar en la novela. Durante la primera mitad de 2019 la tarea consistió en investigar, en traducir, con la ayuda de mi mujer, textos que sólo estaban disponibles en inglés, en leer y tomar notas. Retomé la escritura de la novela a finales de 2019 y así estuve hasta principios de 2021, cuando la di por terminada. Durante el resto de ese año estuve revisándola, corrigiéndola, y la versión final quedó lista a principios de 2022.

¿De qué trata y a qué género pertenece? 

R/ Trata de dos personajes, un historiador hondureño y una historiadora originaria de Nueva Orleans, que se conocen en una biblioteca de Madrid y que, motivados por una serie de coincidencias, terminan investigando, aunque separados, a unos personajes que tuvieron que ver con la ciudad de Nueva Orleans y también con Honduras. Estos personajes son el magnate del banano Samuel Zemurray y el expresidente Manuel Bonilla. Están también Lee Christmas y Guy Molony, dos mercenarios que participaron en una supuesta revolución en Honduras; y, por supuesto, el escritor norteamericano O. Henry, que vivió seis meses en Trujillo a finales del siglo XIX y que escribió el libro en donde aparece por primera vez eso de la «banana Republic». Cualquiera podría pensar que se trata de una novela histórica, porque aborda algunos de los episodios más importantes de nuestra historia, sobre todo en el contexto de las compañías bananeras, pero la novela apunta a varias cosas, no sólo al relato de nuestra historia nacional.

¿Cuál es el estilo de Giovanni Rodríguez como escritor?

R/ Hay algunas recurrencias en mis libros que quizá permitan identificar eso a lo que podríamos llamar «estilo», pero yo prefiero que sean los lectores quienes lo identifiquen. 

¿Usted planifica este libro a detalle antes de escribirlo o lo deja surgir bajo la marcha? 

R/ Precisamente la misma novela tiene una respuesta para esa pregunta: «la escritura de una novela debería asumirse como el constante “replanteamiento de un plan” y la novela misma debería entenderse como la puesta en práctica de un plan constantemente modificado». Para escribir esta novela hubo un plan al principio, como un andamiaje básico para su construcción, pero sobre la marcha, por supuesto, hubo que introducir intenciones nuevas y eso modificó el plan en algunos momentos.

¿Qué dificultades se ha encontrado con respecto al desarrollo de la obra? 

R/ Las dificultades normales, inherentes a todo trabajo literario: construir una historia que pudiera resultar suficientemente interesante para los lectores, encontrar un tono y una estructura adecuados para la narración, mantener un ritmo a lo largo de tantas páginas…

¿Cómo cree que se encuentra el panorama editorial para tantos autores que quieren publicar? 

R/ Ahora hay más oportunidades para publicar que antes, hay más editoriales dispuestas a apostar por nuevos autores; y, además, hay ferias del libro y nuevos espacios para la promoción literaria. En ese sentido, se ha mejorado bastante. Pero hace falta más rigor en el trabajo literario, más formación, más lectura, más sentido crítico. Porque las facilidades para publicar propician que todos quieran saltar, aunque no siempre tengan desarrolladas suficientemente las habilidades para ese salto. Así que hay que ir con paciencia y con prudencia.

Un consejo para los escritores emergentes.

R/ Que lean mucho. Y cuando digo «mucho» quiero decir mucho más de lo que imaginan que es suficiente. Y que antes de convertirse en escritores deberán convertirse en buenos lectores. Si no es así, no funciona la cosa.

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