Obras

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Tercera persona (Novela, Uruk Editores, Costa Rica, 2017):

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Tercera persona (2017).

Comentario de contraportada: Voy a dejar de ser otro. Voy a dejar de fingir inútilmente que soy otro. Voy a quitarme la máscara de mi propia ficción. Voy a ser mi propio personaje”. Con esas palabras el narrador (¿el autor?) de esta novela echa a andar una trama que se construye alrededor de la pregunta: ¿Dónde está la línea que separa la realidad de la ficción? Tercera persona no es una novela convencional. Es, si acaso, un desvío de las formas tradicionales de novelar a partir de la idea de que la historia es algo que se construye y deconstruye a cada momento. Hay un hilo conductor, sí, una infidelidad que obliga al personaje principal a replantearlo todo, pero esto no es más que la apariencia de otra historia en la que, como decía Conrad, “las palabras son los grandes enemigos de la realidad”. Tercera persona es el making of de una novela en la que un autor intenta desaparecer, convertirse en “un fantasma que alguna vez escribió y del que ahora nadie sabe nada”.

Los días y los muertos (Novela, Editorial Universitaria, 2016; mimalapalabra editores, 2018):

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Los días y los muertos (2016)

IMG_2504 Un reportero de noticias policiales, bastante huraño y hasta paranoico, lleva una vida rutinaria en la que ha sido considerada durante los últimos años “la ciudad más peligrosa del mundo”: San Pedro Sula. Alterna sus jornadas de trabajo en el diario con las salidas con su novia, una chica mucho más joven que él, algo mojigata y de costumbres férreas, y las visitas a un café del centro de la ciudad, en donde suele charlar con otros clientes y además observar a las personas, en un ejercicio propio de su personalidad y afín a su profesión como periodista. Un día acude a la escena de un crimen pasional y descubre que conoce, aunque sólo de vista, a la víctima y a su asesino. La chica en disputa ha desaparecido y el periodista no llega a saber nada de ella. A partir de ahí, se propone investigar, primero, las razones que llevaron al asesino a cometer el crimen, y luego, la identidad de la chica desaparecida.

Ganadora del Premio Centroamericano y del Caribe de Novela Roberto Castillo 2016, esta novela se apropia de los elementos de la novela negra y se convierte en un thriller en el que el autor alterna el lenguaje periodístico con el literario, juega con la metaficción y recurre al diario personal. Una novela de trama compleja y envolvente.

La caída del mundo (Cuento, mimalapalabra, 2015):

la caida del mundo carátula previaComentario de contraportada: Un grupo de médicos es forzado a trabajar en un extraño laboratorio adonde llevan cadáveres para que se les aplique una inyección en el pecho; una pareja sufre las consecuencias de faltar a la prohibición de besarse en público; cinco ejecutivos tejen, bajo la mesa de reuniones, una complicada red de insinuaciones sexuales; una jovencita hace de su vida un infierno desde que decide ir tras el hombre equivocado; un hombre lucha contra su pasado mientras escribe una novela rosa. Éstas son algunas de las historias que el lector encontrará en este libro en el que lo real, lo extraño y lo onírico conviven amistosamente.

28 cuentos breves con los que Giovanni Rodríguez muestra un estilo que apela a la precisión, tanto en el lenguaje como en las imágenes que evoca, y que permiten ubicarlo, tras el éxito de su novela Ficción hereje para lectores castos, en la primera línea de lo que se ha dado en llamar “la nueva narrativa hondureña”.

Melancolía inútil (Poesía, mimalapalabra, 2012): 

MI 2012Del prólogo del autor: Este libro es la versión resumida de un viaje con escalas en tres puertos. Habrá empezado todo allá por 1999, cuando tenía 19 años, con algo que llegó a titularse Morir todavía, un librito de poemas fúnebres que publicó en 2005 la editorial Letra Negra de Guatemala. “Escribe sin parar sobre aquello que te obsesione”, me había aconsejado un amigo, y como lo que me obsesionaba desde mis 19 años era la muerte, me puse a escribir sobre la muerte. ¿Habrá alguien que empiece a intentar escribir poesía y no se sienta seducido por ese tema tan trillado? En fin, de esa obsesión con el temita trillado decidí incluir en este libro unos pocos poemas.

La segunda parada de mi viaje tuvo lugar en 2006, cuando un generoso jurado calificador compuesto por mexicanos en Guatemala decidió otorgarme un premio por mi libro Las horas bajas. Todavía recuerdo lo emocionado que estaba al recibir la llamada con la noticia, y lo nervioso y ridículo que me sentía cuando los organizadores de ese premio me obligaron a meterme en un traje y desfilar por la pasarela instalada en un teatro, todo sonrisa y felicidad, algo que era contrario al espíritu del libro con el que había ganado. Apareció una edición local con mis poemas y con los textos ganadores en las ramas de cuento y teatro de ese certamen literario, y un año después la editorial de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes de Honduras los publicó también en su colección Premios. En este libro aparecen enteras esas horas bajas.

La tercera estación podría llamarse Réquiem, pero su nombre es algo que no importa demasiado. Hice aquí una parada prolongada durante los últimos años, y es donde sigo, entre breves rachas de melancolía inútil, todavía dudando si continuar o no el viaje, tratando de convencerme de que la Poesía es una carga que deberían llevar otros.

Café & Literatura (Ensayo, mimalapalabra, 2012):

cl_final_cbarra 2El ejercicio de la crítica literaria no ha sido moneda de uso común en Honduras y Café & Literatura contribuye, sin lugar a dudas, a compensar ese déficit. La primera parte, “Café”, como bien apunta el prólogo, puede leerse como una suerte de novela discursiva en la que un narrador vierte, en capítulos breves, sus opiniones sobre literatura, arte y sociedad. La segunda parte, “Literatura”, puede leerse como un “estado del arte” de la narrativa hondureña contemporánea, en un intento personalísimo por trazar la ruta hacia “el destierro de los lugares comunes”. Y es que para Giovanni Rodríguez “la historia bananera, la de la dictadura y la del fútbol tienen que ser reescritas sin tanto afán reivindicativo, sin tanto ardor en la sangre y más bien con algo de ironía y con cierto desdén, apelando más a la verosimilitud que a la verdad, más al poder sugestivo de la ficción que al peso terrible de la realidad”. Café & Literatura puede calificarse como un texto híbrido, en esa zona limítrofe donde convergen la narrativa y el ensayo. Políticos y reguetoneros, artistas y consumidores de arte, escribidores y auténticos escritores: aquí todos tienen cabida, pero ninguno saldrá indemne.

Ficción hereje para lectores castos (Novela, mimalapalabra, 2009, y 2016): 

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Ficción hereje para lectores castos 2da. Ed. (2016)

Del prólogo de Hernán Antonio Bermúdez: “Los Herejes” nadan contra la corriente de las convenciones, juegan heréticamente con los fundamentos de la fe religiosa, critican y se burlan de las impregnaciones de ésta en el tejido social hasta que deciden “pasar a los hechos”, a la hechicera praxis, habida cuenta de que la misma echa mano de medios materiales cuando ya no basta la mera convicción ni la teoría pura. Para ello, tras varios episodios de provocación y escándalo, intentan secuestrar al verborrágico Satanael Aguilar, pastor de una iglesia evangélica, denominado el “apóstol” por sus feligreses, alrededor del cual gravita un clima de veneración santurrona e insulsa. Proyecto de secuestro que no busca intereses económicos sino apenas darle un escarmiento al mercantilizado “embaucador de almas”. Pero es más, Ficción hereje… no sólo enfoca las arremetidas de esta banda de soñadores contra uno de los bastiones del orden moral sino que teje tramas de variada suculencia al detenerse en las relaciones amorosas de estos “buenos muchachos”, y explorar los pliegues del sexo y del amor o, mejor, abundar en su “educación sentimental” y sexual. Ficción hereje para lectores castos se mantiene, en todo momento, ligera, graciosa, con un humor socarrón. Incluso los pasajes más dramáticos o reflexivos están matizados por bromas o sarcasmos brutales y directos.

Las horas bajas (Poesía, Edicult, 2007):

La horas bajas (2007)Comentario de contraportada de Oscar Mejía: Fuera de la nómina de poetas que han conquistado un sitio de honor en la historia reciente de la poesía hondureña, por años hemos deseado leer, de un poeta nacional, un volumen lírico del que pueda decirse después, parafraseando a Whitman: quien toca este libro, también toca a un hombre.

Leyendo Las horas bajas, de Giovanni Rodríguez, ganador del premio de poesía del Certamen Hispanoamericano Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala, 2006, logramos tocar un hombre en el sentido de que, tras las palabras leídas, no hallamos una mera retórica sino la voz de una sensibilidad que, trascendiendo su espacio físico y su individualidad, abraza lo universal.

No en vano ha sido galardonado fuera de las fronteras patrias, como evidencia del buen estigma de su prosapia y buen augurio del dilatado espacio que su genuina voz promete alcanzar.

Morir todavía (Poesía, Letra Negra, Guatemala, 2005):

Morir todavía (2005)Comentario de contraportada de Armando Rivera: En este poemario de Giovanni Rodríguez el autor consume algunas de sus alucinaciones sobre la muerte y nos hace dialogar con ellas tenazmente. Toda la seducción de lo trascendente -véase la muerte- se presenta como la necesaria oquedad a la cual hay que proporcionarle forma, aunque sea de ataúd, para luego asirse a ella y viajar por el tiempo, un tiempo de la palabra. En la exploración de lo impalpable, quizá la sonrisa conciliadora en el amplio espejo de la muerte, este poemario se transforma en un «…grito que arremete contra el miedo».

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